En el instituto de enseñanza secundaria de A Illa de Arousa (Pontevedra), los alumnos han sido los primeros en ir a la huelga. Durante los diez primeros días de curso no asistieron a clase porque piden "un centro educativo digno", con más aulas, ya que aseguran que en las existentes permanecen hacinados "como ganado".
"Hay dos clases de 2º de ESO, con 27 y 26 alumnos en cada una, que están en salas de 50 metros cuadrados", explica el portavoz de la asociación de padres y madres (ANPA) del centro, Ramón Dios. "Este centro nació mal planteado, hasta el punto de que se tuvieron que adaptar las dependencias comunes para habilitarlas como aulas. Se da clase sobre la zona de gradas, en el pabellón", afirma.
Como, pese a todo, los problemas por falta de espacio persistían, fue preciso "reformar la casa del conserje" y se hizo lo propio con el despacho de un profesor. "En estos momentos no existe ni un lugar más o menos privado para recibir a los padres durante las tutorías, que tienen lugar en el pasillo", asegura. A pesar de las limitaciones que denuncian, los padres de los 203 alumnos de este centro ni siquiera demandan la construcción de un instituto nuevo. "Lo único que pedimos a la Consellería de Educación es un profesor a media jornada y que autorice el desdoble de los dos grupos de 2º en tres; el año pasado se hizo de este modo y los resultados fueron extraordinarios, y hay informes que así lo recogen", dice Ramón Dios, que añade que la Xunta "no ha mostrado el más mínimo interés" por la situación que padecen. "Es una cuestión de reorganización de recursos. Sabemos que hay profesores a la espera de destino y que están cobrando igual, aunque no dan clase, cuando aquí nuestros hijos les necesitan. Solo pedimos que uno de esos profesores venga a nuestro centro".
Sin profesor de apoyo
Ramón insiste en que los padres no van a cejar en sus reivindicaciones; no quieren enviar a sus hijos fuera de A Illa para recibir "una educación digna", aunque están cansados de pelear cada arranque de curso. "Este año se han dado directrices de reducir gastos y parece que a nadie le importa la calidad de la enseñanza", censura. Estos ajustes han privado también este curso a los alumnos de A Illa de otro "medio profesor de apoyo" (a media jornada). "Si un docente tiene que atender a seis u ocho chicos en los 50 minutos que dura la clase, la atención individualizada se ve reducida a cinco o diez minutos por estudiante, con lo que se pierde el objetivo del apoyo". La ANPA de A Illa tiene claro que no permitirá que sus hijos "sean tratados de forma diferente al resto de gallegos".
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