La conflictividad en las aulas gallegas es residual, y por eso los sindicatos docentes alertan de la necesidad de prevenir, para que ser profesor en Galicia siga siendo un privilegio en relación a otras comunidades como la madrileña, con muchos más problemas de convivencia.
Sin embargo, el informe del curso 2010-2011 del Defensor del Profesor, creado en el 2006 por el sindicato ANPE, refleja dos fenómenos preocupantes, la existencia de expedientes disciplinarios a alumnado de primaria -que no pasa de doce años-, y el aumento de las situaciones de acoso, insultos y amenazas de padres a profesores. «A terceira causa de chamadas ao Defensor do Profesor, e que vai en ascenso ano tras ano, reflicte o acoso, insultos e ameazas por parte dos pais, unha situación bastante delicada», apuntaba Julio Trashorras, secretario de organización del sindicato.
A lo largo del último curso académico se notificaron 150 llamadas de docentes gallegos en el teléfono del Defensor del Profesor, aunque trece de ellas se recibieron en Madrid. El motivo más común para acudir a este servicio son las faltas de respeto en el aula, seguido de los problemas para dar clase y los insultos y amenazas de padres- Hay otras causas menos numerosas, pero de carácter grave, como el realizar grabaciones o sacar fotografías, daños causados a pertenencias o incluso agresiones de alumnos, que representan un 3 % de las consultas totales.
El número de quejas al defensor ha bajado de forma progresiva en los dos últimos años, pero desde el sindicato no bajan la guardia al asegurar que el profesor llama en último recurso.
El perfil del docente que utiliza este servicio es el de una mujer -aunque se van equilibrando las estadísticas en cuanto a sexos-, con muchos años de docencia y que se ve incapaz de controlar la clase. El 58 % están en secundaria. Los profesores confían en que el desarrollo de la Lei de Convivencia que entró en vigor este curso minimice aún más los problemas en el aula, y exigen a la Xunta que desarrolle esta norma. Una de las principales reivindicaciones de ANPE es la puesta en marcha de una asesoría jurídica propia en la consellería para el profesorado, así como un teléfono 24 horas.
Ansiedad
Una de las características que presentan los profesores que recurren al teléfono del defensor es un estado de ansiedad, que se da en casi la mitad de los casos, así como el sentirse poco respaldados por la Administración educativa.
Sin embargo, el informe del curso 2010-2011 del Defensor del Profesor, creado en el 2006 por el sindicato ANPE, refleja dos fenómenos preocupantes, la existencia de expedientes disciplinarios a alumnado de primaria -que no pasa de doce años-, y el aumento de las situaciones de acoso, insultos y amenazas de padres a profesores. «A terceira causa de chamadas ao Defensor do Profesor, e que vai en ascenso ano tras ano, reflicte o acoso, insultos e ameazas por parte dos pais, unha situación bastante delicada», apuntaba Julio Trashorras, secretario de organización del sindicato.
A lo largo del último curso académico se notificaron 150 llamadas de docentes gallegos en el teléfono del Defensor del Profesor, aunque trece de ellas se recibieron en Madrid. El motivo más común para acudir a este servicio son las faltas de respeto en el aula, seguido de los problemas para dar clase y los insultos y amenazas de padres- Hay otras causas menos numerosas, pero de carácter grave, como el realizar grabaciones o sacar fotografías, daños causados a pertenencias o incluso agresiones de alumnos, que representan un 3 % de las consultas totales.
El número de quejas al defensor ha bajado de forma progresiva en los dos últimos años, pero desde el sindicato no bajan la guardia al asegurar que el profesor llama en último recurso.
El perfil del docente que utiliza este servicio es el de una mujer -aunque se van equilibrando las estadísticas en cuanto a sexos-, con muchos años de docencia y que se ve incapaz de controlar la clase. El 58 % están en secundaria. Los profesores confían en que el desarrollo de la Lei de Convivencia que entró en vigor este curso minimice aún más los problemas en el aula, y exigen a la Xunta que desarrolle esta norma. Una de las principales reivindicaciones de ANPE es la puesta en marcha de una asesoría jurídica propia en la consellería para el profesorado, así como un teléfono 24 horas.
Ansiedad
Una de las características que presentan los profesores que recurren al teléfono del defensor es un estado de ansiedad, que se da en casi la mitad de los casos, así como el sentirse poco respaldados por la Administración educativa.